Thursday, November 6, 2008

Diseño o computación?


Hace unos días en una conversación matutina con los chicos, bajo el gratificante olor a café, hablábamos de computación, Internet, etc., Pepe dijo que le habían quedado dando vueltas unas palabras mías dichas al aire en alguna conversación previa: “no podría vivir sin Internet”  él acotaba que yo nací, crecí y estudié sin Internet, por qué ahora era tan imprescindible en mi vida, que no podría vivir sin ella?

Internet nos ha cambiado la vida a muchos de nosotros, hablemos de personas entre 35 a 60 años, pues nuestros hijos tienen escasa memoria del significado de la vida sin Internet, y nuestros padres, poco o nada la usan, no se manejan bien, le tienen  miedo, y no afecta en casi nada su vida.

Es nuestra generación la que creo que ha sido realmente tocada por esta invasiva tecnología, digo invasiva, porque ha invadido nuestros hogares, nuestras oficinas, nuestros mundos.

Hacemos cosas a través de ella que no nos soñábamos hace un par de décadas.

Cuando tenía 20 años era impensable comunicarme con un amigo que vive al otro lado del océano, en tiempo real viendo su imagen en la pantalla de mi computador y escuchando inclusive su voz mientras toca su guitarra y me canta una vieja canción.

No, en aquellos años a los amigos se les veía, se los tocaba, estaban presentes o no lo estaban, solo podías extrañarlos si partían lejos, y enviarles una carta de vez en cuando y esperar un par de semanas si éste era aplicado y respondía rápidamente para tener noticias suyas.

Mucho menos podíamos imaginarnos pagar las cuentas, los impuestos o hacer compras sin moverse del escritorio, solíamos hacer largas colas en los bancos, dejar los pies en la calle buscando tal o cual artículo, el que muchas veces no encontrábamos, por que no lo importaban, ahora no importa si ese artículo está en Chile o en Japón, simplemente haces un par de clics, tecleas unos cuantos números y esperas a que te lo vengan a dejar a tu domicilio, con la garantía de que si no estás conforme puedes devolverlo con la misma facilidad.

Probablemente no es precisamente sin Internet que yo ya no puedo vivir, seguro que exageré, puedo hacerlo, pero no con las comodidades que ésta trae a mi vida y a las que me he acostumbrado y me cuesta prescindir.

Pero me siguió dando vueltas el tema, la computación, el computador personal, la impresora de escritorio, el escaner, la camarita digital, y todos aquellos aparatitos virtuales que nos simplifican la vida y la hacen más grata.

Recuerdo bien lo que era diseñar sin saber de la existencia de los computadores, sobre todo de los Mac (Apple) que fueron la revolución del diseño.

Por ejemplo, diseñar un afiche, el cliente me decía que es lo que necesitaba, (cuando lo sabía) o más bien que es lo que quería comunicar, publicitar o promover con su afiche, me pasaba un par de noches, siempre noches, (rara vez  los hacía en el día, ya les digo porqué),  dibujando boceteando, preparando témperas, tintas, acuarelas o papeles de colores, o buscando en los altos de revistas que guardaba, alguna imagen que sirviera de referencia para la idea  que quería plasmar en aquel afiche. 

Ahora, por que no trabajabamos de día?  en el día, recorría las pocas librerías existentes con la esperanza de encontrar alguna de las famosas “letraset” (letras autoadhesivas) para los títulos y textos importantes que pondría en el afiche, las que pocas veces encontraba del tamaño adecuado y/o el estílo deseado, o para q mencionar el color, comprabas algún pincel que te hacía falta, reponer las témpera que se secó o acabó, comprar una punta para el “RápidoGraf” por que la que tenías estaba  inutilizable, papeles y cartones sobre los cuales te dedicarías a trabajar, y sobre los cuales montarías tu presentación y algún otro material para tu maqueta, de ahí había q irse a la bibliotecaa revisar algún material que te sirviera para entender el concepto de lo que tenías que representar, y/o visitabas a esos amigos con libros de diseño para darles una hojeada y refrescar tus ideas, lógicamente todos estos preparativos para realizar tu diseño, lo hacías en micro, en esos tiempos no todos tenían auto, y  cuando ya empezaba a hacerse de noche, recién podías sentarte a crear el afiche solicitado, con los materiales e información recopilada durante el día, por eso trabajábamos de noche generalmente.

Un par de horas trabajando, y te dabas cuenta que  te había faltado algún material y tenías rebuscar entre esas cosas que habías guardado “por si acaso”  algo que pudiera servir o inventar algo. A poco avanzar, notabas que realmente las letras que compraste eran muy chicas y no sirven, además las compraste negras, el único color que había disponible en la librería, a veces tenían algunas rojas o azules que raramente servían en tus diseños, al final te decidías recurrir a tu bien amado y nunca bien poderado catalogo de letras y empezabas a dibujarlas, lo que era bastante trabajoso, pues primero debías escribir la palabra o frase necesaria en papel diamante, en el único tamaño disponible el abecedario completo en el catálogo, calcabas, letra por letra en papel diamante o sueco, en el tamaño q venía el abc completo, luego con la frase lista, te ibas a tu vieja ampliadora fotográfica que habías adquirido a buen precio en el Mercado Persa y proyectabas el texto hasta alcanzar el tamaño deseado para tu diagramación, a oscuras, para poder ver la proyección dibujabas el texto sobre algun oporte, para luego traspasarlo al formato final, reglas serchas y compás para q la letra quedara perfecta , las que procederías a pintar habitualmente con témpera, nada fácil, debían verse perfectas. Podías tardar un buen rato creando un pequeño slogan.

Y estabas haciendo sólo una maqueta para presentarle tu idea al cliente, después del par de noches de trasnoche y trabajo, con bastante café en el cuerpo, unas ojeras que disimulabas con maquillaje (ventaja de las diseñadoras, los diseñadores, las lucían  orgullosos, dándose así mayor importancia para valorar su trabajo mejor, una de las razones de por qué los hombres cobran más por su trabajo profesional, es que las mujeres no nos presentamos frente al cliente con cara de locas trasnochadas con el trabajo resuelto, sino a punta de maquillaje, con la cara fresca y radiante, en fin, tema para otro capítulo).

Llegabas donde tu cliente, que siempre esperaba que hubieses venido con el tema ayer, por que te había insistido que era urgente tener el afiche en la calle ya, lo miraba y ahí empezaba la segunda parte de tu proyecto, cuando el cliente quiere dar su opinión artística, cosa que no ha cambiado con la llegada de los computadores e Internet, han notado que el cliente siempre quieren dárselas de expertos en arte , gusto, o comunicaciones, entonces aparece el infaltable “me gusta, pero y si... le cambiamos (nótese que se incluye) estas letras verdes por rojas, no crees que se vería mejor, o  si esta niña del dibujo, en vez del pelo suelo lo tuviese tomado? o esas florcitas, si quizás pusiéramos más de esas a este otro lado también pero mas grandes?

Es el arte de opinar, ese que manejan espléndidamente los clientes de los diseñadores, opinar y sugerir "algunos" cambios, nada significativos por lo general, salvo rescatables y contadas ocasiones, es sólo el poder decir, yo opiné y sugerí esto o lo otro.

Momentos en el cual tus más arraigados instintos asesinos vienen a tu mente, qué sabe el cliente de color? qué sabe él si va a poner el afiche en la calle y el rojo no le va a durar más de una semana al sol, qué sabe él de composición? si ponemos más florcitas (es cierto que me quedaron lindas) al otro lado del afiche y más grandes, va a parecer un afiche de un jardín botánico y no de un shampoo, y si la niña lleva el pelo tomado, no lucirá el hermoso cabello que tiene gracias a el shampoo promocionado! pero, él quiere opinar y sugerir algo, ver los cambios, para luego decir, hummmm , verdad, mejor se lo "sacamos".

Eso mismo aún nos sigue pasando con los clientes, siempre quieren dejar en claro que aunque tu seas el profesional, él sabe de lo que está hablando, que no debes cobrar mucho, por que igual cualquiera puede hacer tu trabajo.

Esa es la razón de no poder vivir sin mi computdor o sin internet como había dicho vaga y exageradamente. Con el computador, no te importa demasiado que el cliente quiera opinar y sugerir cambios y luego quitarlos, ya ni te enfadas, vas y le haces varias maquetas, para salga de la duda, sin perder demasiado tiempo, ni gastar materiales extras, apenas una impresión el alta calidad con tu impresora de escritorio.

Ahora tampoco necesitas quedarte hasta tan tarde, porque la búsqueda de información y materiales la haces desde tu escritorio, buscas imágenes, tipografías, información acerca del producto, haces un estudio de mercado de lo existente, de la competencia, abres el software necesario, pruebas paletas de colores, diagramaciones,  imagenes y empiezas tu proyecto, cuando lo das por terminado, haces por si acaso al cliente se le ocurre dar su opinión los posibles cambios que seguramente querrá ver y lo dejas guardados, imprimes tu maqueta y se la muestras al cliente. Listo, revisas un par de detalles y a imprenta, vía mail. Llamas para asegurarte que recibieron tu archivo, que lo pudieron abrir sin dificultades y les pide que te avisen para ir a dar visto bueno a la salida de color.

Sin duda el computador nos ha traído muchas ventajas en nuestra profesión, podemos ser más creativos, más productivos, e incluso dormir de vez en cuando.

Sin embargo, toda gran maravilla tiene sus contras,  algunos problemas, por que es más de uno, nos ha traído a los diseñadores gráficos el computador. 

PERSPECTIVAS DEL DISEÑO LATINOAMERICANO

El primer gran problema, nuestro querido y respetable cliente, tiene computador, y piensa que como él también sabe de “arte” y tiene “buen gusto” puede él mismo “diseñar” su propio afiche, he elegido el formato afiche para ejemplificar las situaciones de las que hago mención, podrían ser, desde tarjetas de visita, logotipos, libros, etc.

El punto es que ahora nuestro cliente, ese cliente Pymes, quiere ahorrarse unos pesitos y decide hacer el mismo nuestro trabajo, nuestro trabajo para el cual estudiamos 5 años de diseño, el lo hará utilizando su “buen gusto” y sus “conocimientos sobre arte”.

Por supuesto también utilizará su computador y como no tiene los software adecuados, se las arreglará entre Word y Paint y con suerte Power Point, poniendo esos lindos títulos en forma de arco, con distintos colores para cada letra, que encuentra se ve muy “llamativo”, algún clipart de los que vienen incluidos y él, como es tan listo, en Paint le cambiará los colores para que se vea aún mejor.

Y ya tiene su afiche, le quedó espectacular a sus ojos, no necesita contratar a un diseñador gráfico para promover sus productos o mejorar la imagen de la empresa, puede hacerlo él mismo, y si no tiene tiempo, como le regaló un computador fantástico a su hijo, con un procesador AMD Turion, 360 GB de disco duro 4096MB de memoria y varias cositas extras y el hijo es muy bueno para computación, incluso vio que por ahí tenía uno de esos programitas para dibujar, a él le va a encantar hacer la publicidad de la empresa del papá y seguro le quedará mejor que al diseñador, y gratis.

El otro problema al que nos vemos enfrentados actualmente los diseñadores gráficos, es precisamente al “hijo”, ese muchachito al que el papá le compró un computador con el mejor Disco Duro, mucha Memoria un súper Procesador , y se consigue los software en el Mercado Persa o los baja directamente desde Internet, los prueba un poco y está listo para dedicarse al diseño gráfico, además su papá tiene amigos con empresas que también le pueden pasar peguitas, Sin haber puesto un pie siquiera en la Universidad, muchos aun ni siquiera han terminado el colegio.

El problema que veo, no es que el chico tenga su súper computador, ni que aprenda a usarlo, ni siquiera que haga trabajos para su papá tío o vecino, el problema para nosotros, los diseñadores, viene al momento que éste neófito nos trae , es al momento de cobrar.  Como no ha invertido ni en estudios, ni en el computador ( recuerden que se lo regaló el papá), ni en oficina, tiene el pc sobre su escritorio en el dormitorio, ni necesidades algunas, pues vive en casa de sus padres, es soltero y no tiene hijos que mantener ni educar, cobra para dinero para el fin de semana , con que le alcance para comprar una botella de Pisco o ron y una Coca cola, cigarros e invitar a una niña al cine, está más que feliz.

Entonces tu, que estudiaste 5 años en la Universidad, que no era gratuita, que gastaste fortunas comprando materiales e instrumentos mientras estudiabas para realizar los proyectos de escuela que te solicitaban, te quemaste las pestañas estudiando y trabajando hasta altas horas de la noche, para realizar las entregas que te solicitaban, que te ha costado años instalarte en el mercado, sin mencionar que tuviste que actualizarte y aprender computación, uso de software especializados como instrumentos para tu trabajo, por que eso no lo aprendiste en la universidad.

Tu que has tenido que implementar tu oficina con computadores sofisticados, impresoras y scanners, pagas un arriendo, y gastos, además mantienes tu familia, cuando vas a cobrar por tu trabajo profesional de diseñador gráfico, te miran horrorizados, por que tus precios profesionales, no tienen nada comparables con los que están cobrando estos aficionados muchachos.

Un tercer problema al que nos estamos enfrentando, es el auge y proliferación que ha tenido cuanta universidad e instituto han aparecido en el mercado, y ofrecen la carrera de diseño gráfico, sin siquiera exigir la PSU rendida, la única exigencia es que tus padres puedan pagar.

Ofreciendo el título de diseñador en 6 meses o un año inclusive, entonces la oferta de diseñadores es tan grande, y la competencia de precios es tan increíblemente variada, que nos está costando cada día más conseguir clientes y casi nos vamos quedando con aquellos fieles que tenemos desde hace muchos años. Y que por supuesto no tienen un hijo o sobrino, legitimo o adquirido socialmente, que no sea diseñador gráfico.

Con esta problemática en la cabeza, pensamos cual es la perspectiva del diseño gráfico en Latinoamérica de aquí en adelante, así, como la estoy viendo hoy en día, la perspectiva se ve oscura.

Desde el punto de vista del cliente, se está cambiando la calidad por el precio y desde el punto de vista de los profesionales se están perdiendo los conceptos de diseño en el marco de una buena ilustración digital, por que no niego que he visto buenas ilustraciones de estos aficionados o de aquellos que inocentemente creen ser profesionales por que acudieron a una escuela que les ofrecía el título con poco más esfuerzo que el de la billetera de sus padres.

El problema aquí, es más grave desde nuestro ámbito, que calidad estamos ofreciendo como rubro, que información, conocimientos backround de conceptos manejamos los diseñadores a la hora de sentarnos a realizar un proyecto.

Entonces, no es el computador personal el problema, si no es la ligereza con que se toman algunos instrumentos para considerase profesional y ofrecer servicios profesionales descaradamente.

Mientras en Latinoamérica no nos sintamos realmente globalizados, en todos los aspectos, es decir, que la imagen como empresario, por muy pequeña que sea la empresa, sea realmente una imagen profesional, bien dirigida, competitiva frente a al mercado internacional, donde se puedan exponer no sólo los productos o servicios de exportación por sí mismos, sino que al momento de exportar, consideremos también importante tener en un buen nivel de presentación del producto o servicio en cuestión, con un envase o etiqueta adecuado, con un logotipo representativo de lo que hace la empresa, que pueda ser recordado y destacado en el mercado frente a su competencia, es decir con una imagen gráfica, publicidad o promoción profesional.

Nosotros los diseñadores, tendemos a meternos en nuestro mundito profesional, nos conformamos con hacer buen diseño y mantenernos al tanto de las corrientes externas en nuestro ámbito, pero no preocupamos por educar a los empresarios, eventuales clientes, de la necesidad de que su imagen es tan importante como la calidad de su producto o servicio, solo se lo hacemos notar al cliente que ya enganchamos, pero a nivel general no nos estamos promoviendo nosotros mismos como profesionales, no estamos creando conciencia a nivel empresarial de esta necesidad, por lo que estamos dándole paso a los seudo profesionales o aficionados sin hacer nada, bajo la amenaza no solo de perder nosotros mismos clientela, sino de que el diseño gráfico sea absorbido por no profesionales amenazando nuestro mercado y nuestra profesión.

Como es nuestro tema, debiéramos realizar campañas para difundir la necesidad de que se considere el profesionalismo y calidad sobre todas las cosas al momento de contratar a una persona para encargarle la imagen de su empresa.

Nos preocupamos de agruparnos como diseñadores, donde exponemos nuestras quejas entre nosotros mismos, pero está conciente de ésta necesidad nuestro posible cliente?

Sabe el cliente que al momento de mandar a crear su página Web, que no solo es necesario que alguien  muestre sus productos o servicios en una vitrina virtual, que no es solamente un tema de programación, sino que hay que saber como mostrar los productos o servicios para que sean competitivos, tener la capacidad de analizar su mercado, dirigir y enfocar el diseño hacia la demanda de ese público en particular que le interesa. Sabe de la necesidad de transmitir conceptos? Sensaciones, emociones al cliente para que este opte por adquirir su oferta?.   

Cualquier programador hace una página que funcione bien, todos los links funcionan, todas las fotos e imágenes se ven, le ponen música, animaciones, para demostrar sus capacidades y habilidades de programación, pero es realmente eso lo que necesita la empresa?  Sabe el empresario si con eso es suficiente?

Cuando abres una página en Internet y antes de que se termine de cargar aparece una música a todo volumen, que por lo general no es para nada de tu agrado, te desesperas buscando el botoncito de off para la música, pero como aun no se ha terminado de cargar, no lo encuentras, y tus vecinos de oficina, te están mirando feo por alterar la tranquilidad laboral, con la sabida consecuencia de que el jefe se entere que estas vitrineandoAhí quedó el esfuerzo de haber mandado a hacer una pagina para ofrecer y mostrar los productos o servicios que quería la empresa, su posible cliente, ni siquiera la vio, no supo de que se trataba la empresa. Dinero y esfuerzo botado.
Igual cosa pasa con esas páginas que tienen una presentación que no termina jamás de cargarse, y no ves que hay por ahí un apenas notorio textito que dice sáltese la introducción, por lo que pasado un par de segundos, decides cerrarla por que no tienes tiempo para esperar que termine de cargarse. Nuevamente los esfuerzos del empresario se fueron con las intenciones de “estar presente” virtualmente.
Cual es el sentido de esas páginas o sitios? En qué pensaba el “diseñador” de ese espacio al momento de crearlo?
Era su intención realmente posicionar la empresa que encargó el diseño al frente en el mercado?
Ayudarlo a subir sus ventas y aumentar sus ingresos?
O, las intenciones básicas del “diseñador” eran lucir sus habilidades y conocimientos computacionales, aplicando cuanto script encontró por ahí en la Web para deslumbrar a su cliente y justificar lo que cobra?
No cabe duda que hay un gran trabajo puesto en la creación de estos sitios, unas estupendas de animaciones en Flash, que son un lujo ver, dignas de un video clip, pero es la página de presentación de la empresa que solicitó dicho sitio, el lugar correcto para exponer tus “obras”?
El trabajo que se hizo, va realmente pensado en el beneficio del cliente? O simplemente esperas que a alguien le guste tu habilidad para crear efectos variados y “pinche” donde dice “Diseño Web fulanito de tal” buscando sólo una galería virtual donde exponerte a ti mismo en perjuicio de tu cliente.
Como el cliente, en general no maneja conceptos de diseño, ni tiene por que hacerlo, ni hace estudios de mercado para saber si las páginas llenas de estas demostraciones de “poder hacer” son vistas, o son útiles, o están enfocadas a un publico especial, el cliente acepta la página por que está “entretenido el efecto” y el diseñador lo hizo alucinar con eso sin mostrarle las ventajas o desventajas que puede encontrar en el proyecto que le está entregando.
Hasta aquí, pensamos, bueno ese no es problema nuestro, si al cliente le gustó la página, ya sea por sus efectos, colores u otro aspecto, nos felicitamos, si le es útil o no, deja de preocuparnos.
El problema para nosotros los diseñadores gráficos, viene después, en un tiempo el empresario nota que no ha habido grandes cambios en su posicionamiento en el mercado desde que subió su página al virtual mundo de la competencia, no ha subido sus ventas, la página tiene muy pocas visitas, nuestro querido diseñador en cuestión, se encargó además de instalarle un contador de vistas para que pueda llevar una estadística al respecto. Como no ve resultado alguno, ni modificación de la conducta de su público hacia sus productos, a pesar que él encontraba que su página era muy buena, llena de efectos, colores y aplicaciones, era entretenida, por lo que no se plantea que hay un problema de diseño, si no que tener presencia en Internet no aporta nada a su empresa, por lo que decide que no volver a invertir en esa área. Con la consecuente pérdida que tiene esta decisión para los diseñadores del área.
El problema que percibo creo que viene de cómo las universidades e institutos están impartiendo la carrera, el nivel tanto de los estudiantes como el de los profesores, aunque considero más grave el de los profesores, con su bajo nivel de entrega y exigencia a los alumnos, están deteriorando una hermosa profesión.
Me ha tocado compartir con un par de estudiantes actuales de la carrera diseño gráfico de un prestigioso instituto de la ciudad, (amigos de mis hijos).
Me he fijado especialmente, por que me ha llamado la atención, en como realizan el proceso de conceptualización, diseño y producción de los trabajos solicitados por sus profesores, proceso que han realizado mientras se toman un par de cerveza con sus amigos presentes manteniendo conversaciones virtuales por “Messenger” con los amigos que están al otro lado del computador, en sus casas.
Procesos que por lo general no les toma más de 2 a 3 horas,
el asombro mío, describiré el proceso creativo y desarrollo de un proyecto de estos chicos, refiriéndome solo a una de las muchas ocasiones que me tocó sorprenderme al verlos realizar sus proyectos en mi casa, respecto a lo que escuché y vi del mentado proceso a ejemplificar, y puedo resumirlo en algo así:

Conceptualización:
“Tengo una entrega para mañana, hay que diseñar 20 logotipos para taller.”
Diseño:
Consistió en abrir Adobe Illustrator, escribir el nombre de la marca que les designó el profesor, copiarla 20 veces (copy & paste) asignarle a cada copia una tipografía distinta, lo mas distinta de la anterior posible, “para que haya variedad”, según me explicaron, dibujar un círculo, cuadrado u otra figura, a veces más de una, ubicarla arriba, abajo, a la derecha o izquierda de la tipografía seleccionada con anticipación.
Aplicarle un color de una paleta que venga lista en el programa, total si está lista es que funciona.
Producción:
Encender la impresora a color y mandar a imprimir en un papel de alta resolución la página con los 20 logotipos. Previamente se preocupó de configurar la impresora para imprimir en modo fotografía (alta calidad de salida)
La entrega la hará al día siguiente, la hoja impresa tal cual, sin montarla siquiera en un cartoncito.
Listo el trabajo de diseño.


Me muestra los 20 logotipos, sabe que soy diseñadora, tía, que opina? ( no es mi sobrino realmente, pero en Chile por algún motivo extraño uno pasa a ser tía de medio mundo), lo miro con cara de duda, esas son tus propuestas de logotipo? Pregunto.
Si, me responde orgulloso el muchacho, mirando sus “logotipos”. Los resultados de su proceso creativo saltaban a la vista, un espantoso grupo de “loguitos” todos puestos en la misma hoja, sin diagramación alguna, amontonados por decirlo de alguna forma, una acumulación de letras y dibujitos geométricos, generalmente simétricos sin sentido alguno, simétricos, no por opción, sino por falta de planteamientos a lo que están realizando, geométricos, por que es más fácil y rápido dibujar con las herramientas que vienen listas para eso. No hay conceptos, no hay utilización tipográfica, no hay simplificación o abstracción de alguna imagen, concepto o tipografía, no hay uso de forma, fondo, color, percepción visual, ni siquiera una buena distribución espacial para presentarlos.
De aquellas cosas que iban implícitas en las entregas que nos solicitaron alguna vez nuestros maestros, no había nada, sólo una acumulación de cosas, notoriamente un trabajo hecho por entregar “algo”, no había preocupación alguna por entregar algo con algún sentido gráfico, no hay preocupación por entender el nombre de la marca que le dieron ni hacer que el logo represente ese concepto, no había interés por demostrar conocimientos. Ni por obtener una buena nota. Solo entregar el trabajo y no sacarse un 1.
Cuando me pregunta que opino de su trabajo, no se que decir, o le destruyo su autoestima, cuestiono sus capacidades y habilidades para el diseño y su posible interés por estudiar diseño, diciéndole que su trabajo deja mucho que desear, o le digo que trabaje un poco más hasta lograr un resultado? Opté por lo último. Con un leve sermón constructivo acerca de lo que debía plantearse al hacer una entrega.
Alguna vez hice ayudantías mientras estudiaba diseño, y como ayudante pienso que su trabajo no hubiese merecido siquiera tomarse la molestia de evaluarlo, pero como eso no estaba permitido, se le hubiese evaluado con la nota mínima.
Le hablo de los conceptos, de la diagramación de su presentación, de la calidad de cada uno de sus Loguitos, le pregunto por cada uno cual es el concepto que quiere entregar, en fin un par de cosas útiles para presentar algo mejor.
Lamentablemente, a los pocos días que volví a ver a este muchacho, reunido con los amigos en mi casa, mientras hacían otro trabajo de escuela, le pregunté que como le había ido con la entrega de sus logotipos, me miró muy sonriente y orgulloso de sí mismo, me contó que se había sacado muy buena nota, sorprendida, le pregunté si había hecho algo más después de lo que hablamos de lo que me había mostrado, muy contenta que haya tomado en cuenta mi opinión, pero para sorpresa mía, su respuesta fue negativa, entregó lo mismo que me mostró a mi, 20 logotipos creados en menos de 2 horas de trabajo. (Aprovechó a mirarme como si yo no supiera nada de diseño).
Si la exigencia académica es baja, es más preocupante aún la pérdida de valores, el compromiso y principalmente la auto-exigencia de los estudiantes a diseñadores.
Cómo se van a enfrentar al mundo laboral con esta experiencia académica?
Entonces, no realizaran sus proyectos por obtener una nota, sino por ganarse el sustento diario. Si entregan el mismo nivel de compromiso frente a un proyecto real que el que están entregando ahora en proyectos ficticios e ideales, cuales van a ser los resultados?
Porque como también hemos visto, en los jóvenes diseñadores, sobre todo en aquellos no profesionales o que han obtenido algún “TítuloExpress” en institutos cuya duración de a carrera en inferior a uno o 2 años de estudio, la poca capacidad de durar en un trabajo, quizás con una idea equivocada, piensan que mientras en más lugares han trabajado, más ostentoso figurará su currículo, en el que además señalan haber realizado un sin número de proyectos, de los cuales, según explican han estado a cargo.
Es eso posible? Saltar de una agencia a otra, en la que la permanencia no es de más de uno, dos, tres o cuatro meses, haciéndose cargo de la supervisión o dirección de diversos proyectos.
Cual es la experiencia verdadera, los conocimientos que pueden aplicar al momento de diseñar un producto o campaña?
Realmente creo q es muy preocupante la situación de nuestra profesión y las perspectivas que se ven a futuro. Y es nuestro deber hacer algo por rescatarla, por que vuelva a ser una profesión, y no un tema de aficionados, para que los usuarios sepan que cosas deben exigir al momento de solicitar o recibir un trabajo, aunque eso signifique que tengamos que trabajar más arduamente en cada proyecto.
Trabajar a conciencia, profesionalmente, es lo que nos hace profesionales y que nuestra actividad sea considerada una profesión.

Hagamos del diseño una profesión.

 


 


 

 

 

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